El queso curado de leche cruda de cabra es un manjar que despierta los sentidos. Su sabor intenso y complejo, junto con su textura firme y ligeramente picante, lo convierten en un deleite versátil. En este artículo, exploraremos las maravillas de este queso artesanal, centrándonos en su preparación y su relevancia en diferentes regiones de España.
El Proceso Artesanal de Elaboración
La magia comienza en las granjas donde las cabras son ordeñadas. La leche cruda, sin pasteurizar, es el ingrediente clave. Esta leche contiene enzimas y bacterias naturales que contribuyen al sabor y la textura del queso. La coagulación enzimática transforma la leche en cuajada, que luego se moldea y prensa. Después, el queso se sumerge en salmuera y se deja madurar durante meses.
Maridaje Perfecto
El queso curado de leche cruda de cabra merece compañeros a la altura de su sabor. Aquí están algunas sugerencias:
- Vinos Tintos con Cuerpo: El Cabernet Sauvignon o el Syrah complementan su intensidad.
- Vinos Blancos Secos: El Sauvignon Blanc o el Riesling equilibran su picante.
- Frutas Frescas y Secas: Uvas, higos, nueces o almendras añaden contraste y textura.
- Mermeladas Variadas: Fresas, frambuesas o arándanos, e incluso mermelada de higos, se fusionan con su robustez.
- Pan Tradicional: La baguette fresca o el pan de centeno son excelentes acompañantes.
La Importancia Regional
En Andalucía, el queso curado de leche cruda de cabra es un símbolo de tradición. En Castilla-La Mancha, la producción artesanal sigue siendo un arte transmitido de generación en generación. Extremadura también se destaca, con quesos que reflejan la riqueza de sus pastos. Y en Cataluña, la corteza lavada con salmuera crea un queso distintivo.
Este queso es más que un alimento: es una conexión con la tierra, la historia y la pasión de los queseros. Para almacenar el queso curado de leche cruda de cabra y mantener su sabor y textura óptimos, sigue estos consejos:
- Temperatura y Humedad: Almacénalo en un lugar fresco y seco. La temperatura ideal está entre 10°C y 15°C (50°F a 59°F). Evita la exposición directa al sol y las fluctuaciones extremas de temperatura.
- Envoltura Adecuada: Utiliza papel encerado o papel de aluminio para envolver el queso. Esto permite que respire y evita la acumulación de humedad. No uses plástico, ya que puede atrapar la humedad y afectar la calidad del queso.
- Posición Horizontal: Guarda el queso en posición horizontal para distribuir uniformemente su peso. Esto ayuda a evitar deformaciones y agrietamientos.
- Etiquetado: Si tienes varios quesos, etiqueta cada uno con su tipo y fecha de compra. Así podrás consumirlos en el orden adecuado.
- Alejado de Olores Fuertes: El queso absorbe fácilmente los olores. Almacénalo lejos de alimentos con aromas intensos, como cebollas o ajo.
- Aireación: Si el queso viene envasado al vacío, sácalo del envoltorio y déjalo respirar durante al menos 30 minutos antes de consumirlo.
- Rotación: Consume primero los quesos más antiguos para evitar que se endurezcan demasiado.
Recuerda que el queso curado de leche cruda de cabra mejora con el tiempo, así que disfrútalo gradualmente y ¡saborea su riqueza!
QUESOS SANTA MARIA DEL CERRO – Queso de cabra artesano
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